Viaje a Tierra Santa (+fotos)

La Asociación Irati en su interés por la cultura y la labor social organizó el pasado mes de diciembre de 2018 una peregrinación a Tierra Santa. En concreto entre los días 1 y 8 de diciembre, saliendo de la sede de Irati.

Europa y gran parte de nuestra cultura se basan en el cristianismo y por ello en Jesucristo. Seguir las huellas de los pasos de Jesús en la tierra nos acerca más a nuestras raíces y nos ayuda a comprender nuestra cultura, nuestra idiosincrasia.

El viaje está organizado en colaboración con el Corte Ingles, en su sección de viajes religiosos. Es un viaje pensado para toda la familia.

Para preparar el viaje organizamos unas sesiones con la colaboración de d. Diego Pérez, biblista, profesor de la facultad de Teología de la Universidad de Navarra, y experto en Tierra Santa, y que las tres primeras se desarrollaron en el último trimestre de 2017. Y la cuarta sesión fue el pasado viernes día 2 de marzo, y versó sobre Jerusalén. Los Santos lugares: Vía Dolorosa, Calvario y Santo sepulcro.

El viaje se desarrolló en varias etapas, como se explica detalladamente en el pdf adjunto file_download.

Una noche en Tel Aviv, dos noches en Nazaret, visitando Nazaret, Tabor y Caná uno de los días y el otro los alrededores del Mar de Galilea, Cafarnaúm, Tagba, Primado de Pedro, … Después nos desplazamos hasta Belén por el camino del Jordán, pasando por Jericó, por el lugar del bautismo de Jesús y por el desierto de Judá. Pasamos la noche en Belén y al día siguiente visitamos la basílica de la Natividad y otros lugares de la zona.

El viaje termina con tres noches en Jerusalén visitando todos los lugares importantes de la Ciudad Vieja: Muro de las Lamentaciones, Basílica del Santo Sepulcro y Calvario, Dormición, Cenáculo, Huerto de los Olivos y Getsemaní, Basílica de la Agonía, Zoco de Jerusalén, …

Este es un viaje turístico, cultural e interior. Como comentaba el papa s. Juan Pablo II en la Misa de consagración del santuario de la Divina Misericordia, el 17-VIII-02:

Hermanos y hermanas, mientras dedicamos esta nueva iglesia, podemos hacernos la pregunta que afligía al rey Salomón cuando estaba consagrando como morada de Dios el templo de Jerusalén: "¿Es que verdaderamente habitará Dios con los hombres sobre la tierra? Si los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte, ¡cuánto menos esta casa que yo te he construido!" (1 R 8, 27). Sí, a primera vista, vincular determinados "espacios" a la presencia de Dios podría parecer inoportuno. Sin embargo, es preciso recordar que el tiempo y el espacio pertenecen totalmente a Dios. Aunque el tiempo y todo el mundo pueden considerarse su "templo", existen tiempos y lugares que Dios elige para que en ellos los hombres experimenten de modo especial su presencia y su gracia. Y la gente, impulsada por el sentido de la fe, acude a estos lugares, segura de ponerse verdaderamente delante de Dios, presente en ellos.